martes, 10 de marzo de 2015

Capítulo 1



Capítulo 1

El Lago


La niebla era intensa, tenebrosa… Una bruma que impedía ver, gobernaba en el lago. El olor a hierba mojada, emanando gotitas de rocío de la mañana, llegaba hasta lo más profundo de mi cuerpo. Un gemido reprimido, rompía el alma de la bella escena. Mi gran curiosidad y mi afán aventurero me obligaron a investigar sobre el origen de aquel desgarrador ruido.
A medida que me adentraba en la niebla, ésta se iba disipando, dejando a su vez al descubierto el precioso paisaje del lago, que previamente escondía. El cielo, completamente despejado, mostraba un rojo intenso que anunciaba el fin del día y que llegaba la noche para que la celosa luna, intentando brillar y alumbrar la oscuridad, se mostrase.
De repente, una sombra se estremeció entre la maleza. Parecía que el gemido que había oído antes, provenía de ahí. Me acerqué a los matojos, pero no: ahí no había nada.
Pero algo iba mal. Tenía un mal presentimiento, como si alguien me estuviese observando, como una presencia… Mi respiración se estaba volviendo algo agitada, tenía miedo. Sentí como un ritmo de respiración asíncrono al mío, justo detrás de mí. Me giré y una figura, exageradamente alta, me cogió con lo que parecían unas garras y comenzó a devorarme.

Jack se despertó sobresaltado. Estaba completamente empapado en sudor. Ese sudor era diferente, era como si fuese una baba de algún caracol gigante, o algo parecido. Aquello que ocurrió… ese lago, la sombra tan rara… ¿Era real? Jack empezó a reírse: “Cómo va a ser real” –se dijo-“sólo era un sueño”. Pero aun así, tenía la sensación de que ese sueño, fue demasiado real.
Le empezaron a doler todos los músculos de las piernas, un dolor insufrible. Jack intentó gritar, pero el leve sonido agudo que salió por su boca, no se asemejaba para nada en un sonido audible. Milagrosamente, esa sensación de dolor, tal como vino, se fue. Jack, como si nada de eso hubiera pasado, arrastrado por el cansancio, se quedó completamente dormido.

Me desperté y ahí seguía. En el mismo lugar en el que estaba antes. La sombra continuaba su camino a devorarme conmigo en brazos. ¿Era mi fin? No podía ser. Tenía que estar soñando otra vez. Pero por más que lo intenté, no me despertaba. Sucumbido por el miedo, sólo me salía gritar y gritar. Deseaba salir de ahí, tener algo, un utensilio, cualquier cosa que le separase de aquella asquerosa bestia o lo que fuera. Como si de magia se tratase, una vara de avellano con una punta afilada, como si fuera una lanza, apareció en mi mano derecha. No vacilé ni un segundo: Le clavé la lanza a la bestia en la boca para que no me comiese.
La feroz bestia me lanzó por los aires y fui a parar al lago, chocándome y produciéndome un dolor agudo.


Jack reapareció sobresaltado en la cama, esta vez, la cama estaba empapada. Los truenos se oían rugir en la calle. Jack vivía en el ático de su chalet y la fuerte tormenta que había empezado a caer, hizo que entrase agua en una gotera y la cama estaba empapada. Por eso se despertó Jack.
Al levantarse, con toda la oscuridad de la noche, Jack pisó algo. Algo que no estaba ahí cuando se fue a la cama. Encendió la luz y lo vio, atónito por lo que sus ojos le decían: Era una vara de avellano, a forma de lanza.

Espero que os haya gustado. Me gustaría recibir comentarios diciendo si bien o mal. GRACIAS

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